El Virus Rugoso del Tomate (ToBRFV): Una Amenaza Global y Cómo Combatirlo
El virus del rugoso del tomate, conocido científicamente como Tomato Brown Rugose Fruit Virus (ToBRFV), se ha convertido en una de las plagas más preocupantes para los productores de tomate y pimiento a nivel mundial. Desde su identificación inicial en Jordania en 2015, este virus se ha propagado rápidamente por diversas regiones productoras, causando pérdidas económicas significativas debido a la reducción de la calidad y el rendimiento de los cultivos.
¿Qué es el ToBRFV y por qué es tan peligroso?
El ToBRFV pertenece al género Tobamovirus, una familia de virus conocida por su alta estabilidad y fácil transmisión. A diferencia de otros tobamovirus que afectan al tomate, el ToBRFV tiene la particularidad de superar la resistencia genética (gen Tm-22) presente en muchas variedades de tomate desarrolladas para resistir virus similares. Esto lo convierte en una amenaza especialmente difícil de controlar.
El virus es extremadamente contagioso y puede sobrevivir durante meses en restos vegetales, semillas contaminadas y en el suelo. Su principal vía de propagación es el contacto mecánico, lo que significa que cualquier contacto con el virus puede dispersar la enfermedad.

Esto incluye:

  • Semillas y material de propagación infectados: Es una de las principales vías de entrada del virus a nuevas zonas.
  • Contacto directo planta-planta: Las plantas enfermas transmiten el virus a las sanas.
  • Herramientas, equipos, ropa y manos contaminadas: Durante las labores de cultivo (poda, atado, recolección, etc.), el virus se adhiere a la superficie y se transfiere fácilmente.
  • Agua de riego: Se ha detectado ARN del virus en aguas residuales y de riego, lo que sugiere una posible vía de transmisión.
  • Insectos polinizadores: Avispas y abejorros pueden actuar como vectores mecánicos.
    Síntomas del ToBRFV en el tomate
    Los síntomas del ToBRFV pueden variar dependiendo de la variedad de tomate, las condiciones ambientales y el momento de la infección. Sin embargo, los más comunes incluyen:
  • En hojas: Clorosis (amarillamiento), patrones de mosaico y moteado, deformación, arrugamiento y estrechamiento de las hojas. En ocasiones, pueden aparecer manchas necróticas en pedúnculos, cálices y pecíolos.
  • En frutos: Manchas amarillas o marrones, áreas rugosas (arrugadas), deformaciones y maduración irregular (rayas verdes o manchas). Los frutos afectados pierden valor comercial o son invendibles.
  • En tallos: Pueden observarse estrías necróticas marrones.
    Es importante destacar que las plantas pueden estar infectadas y no mostrar síntomas evidentes, lo que dificulta su detección temprana y contribuye a su propagación silenciosa. Para una confirmación certera, es necesario realizar diagnósticos de laboratorio (mediante técnicas como ELISA o RT-PCR).
    Cómo combatir el ToBRFV: La prevención como clave
    Actualmente, no existe un tratamiento curativo para las plantas infectadas por el ToBRFV. Una vez que un cultivo se infecta, la única medida de control eficaz es la eliminación de todas las plantas afectadas. Por lo tanto, la prevención y la bioseguridad estricta son las herramientas más importantes para combatir este virus.
    Las estrategias para minimizar el riesgo de infección y contener su dispersión se centran en un enfoque integral:

Uso de material vegetal libre de virus:

  • Semillas certificadas: Adquirir semillas de tomate y pimiento de proveedores de confianza que garanticen la ausencia de ToBRFV mediante pruebas exhaustivas.
  • Plántulas de semilleros fiables: Asegurarse de que las plántulas provengan de viveros que implementen rigurosas medidas de bioseguridad y control de calidad.

Medidas de higiene y bioseguridad en la explotación:

  • Control de acceso: Restringir el acceso a las áreas de cultivo solo al personal esencial y las visitas. Implementar registros de entrada y salida.
  • Vestimenta y equipo de protección personal (EPP):
  • Uso de ropa, guantes, cubrezapatos y gorros desechables. Nunca reutilizarlos.
  • Si se utiliza ropa reutilizable, debe lavarse y desinfectarse de forma adecuada.
  • Evitar el uso de joyas, relojes y teléfonos personales en las zonas de producción.
  • Higiene del personal:
  • Lavarse las manos con agua y jabón al llegar y salir de las áreas de producción, y entre diferentes unidades de cultivo (invernaderos, parcelas).
  • Utilizar desinfectantes de manos (geles hidroalcohólicos) ubicados estratégicamente.
  • Desinfección de herramientas y equipos:
  • Limpiar y desinfectar todas las herramientas, maquinaria y equipos que entren en contacto con las plantas antes y después de cada uso, y al pasar de una zona a otra. Soluciones de hipoclorito de sodio (lejía al 1-1.5% de cloro activo) o amonios cuaternarios son opciones eficaces.
  • No compartir equipos entre diferentes explotaciones sin una desinfección previa rigurosa.
  • Limpieza de superficies: Desinfectar regularmente las superficies de las cabinas de trabajo, invernaderos y cualquier otra estructura.
  • Control de residuos vegetales: Eliminar de forma segura los restos vegetales y las plantas infectadas, incinerándolos o enterrándolos profundamente para evitar la dispersión del virus.
  • Desinfección de calzado: Colocar pediluvios con desinfectante en todas las entradas a las zonas de cultivo.

Manejo del cultivo:

  • Inspección regular: Monitorizar los cultivos de forma frecuente para detectar cualquier síntoma sospechoso. Ante la mínima duda, aislar la planta y realizar pruebas de laboratorio.
  • Eliminación de plantas hospedantes alternativas: Controlar y eliminar malezas solanáceas (como la hierba mora, Solanum nigrum o Chenopodiastrum murale) que pueden actuar como reservorios del virus.
  • Minimizar el contacto: Reducir al mínimo el contacto manual con las plantas durante las labores de cultivo.

Investigación y desarrollo:

  • Variedades resistentes/tolerantes: La investigación se centra en el desarrollo de nuevas variedades de tomate que presenten resistencia o tolerancia al ToBRFV. Aunque aún no hay una solución completa, es una línea prometedora.
  • Nuevas técnicas de detección: Mejorar y agilizar los métodos de diagnóstico para una detección temprana y precisa del virus.
    Conclusión
    El virus rugoso del tomate (ToBRFV) representa un desafío considerable para la agricultura del tomate y pimiento. Dada su alta contagiosidad y resistencia, la prevención es la estrategia más efectiva. La implementación de estrictas medidas de bioseguridad, la utilización de material vegetal sano y la vigilancia constante son fundamentales para proteger los cultivos y mitigar el impacto de esta devastadora enfermedad. La colaboración entre productores, semilleros, investigadores y autoridades sanitarias es crucial para el desarrollo e implementación de soluciones a largo plazo.

Por DavidBM

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